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¿¿Porqué uso yo pañales de tela??

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Aquí casi todos nuestros pañales de tela, faltan los que están para lavarse o tendidos, pero para muestra, bien vale!!

Aquí estoy hoy de nuevo, esta vez con algo diferente, vengo a hablaros de pañales de tela. No voy a ser muy extensa, ni voy a entrar en grandes explicaciones, porque de algo que intento sea ameno, haría posiblemente un bodrio. ¿Porqué uso pañales de tela?, pues bien, tengo varias razones, y todas ellas buenas (obviamente para mi, habrá a quien no le valgan!).

La primera es no ponerle a mi niña en el culete la mierda, sí, sí, la mierda, que traen los pañales desechables (Puedes leer AQUÍ un poco sobre ello). De bien chiquita tuvo muchísima dermatitis, y parte de la solución pasó por dejar de usar los pañales de papel, y usar pañales de tela. No con ellos está libre de irritarse, pero desde luego, su culo está mucho mejor y ha sufrido muchísimos menos brotes de dermatitis de pañal.

En segundo lugar, el ahorro. Aunque para algunas personas esto sea algo increible, sí, se ahorra. En los dos años que se estipula que es el tiempo normal de uso de pañales por nuestros infantes, usarán entre 6000 y 7000 pañales desechables. A eso súmale que hay muchos niños que abandonan el pañal más cerca de los 3 años, que de los 2, lo que supone bien agusto, otros 2000 pañales. Sin embargo, con entre 20 y 30 pañales de tela, puedes tener cubierto todo ese tiempo, incluso con menos. El ahorro medio está de 600 a 800€ por el primer niño que los use. Si estos son heredaros por un hermanito/a posterior, el ahorro es infinitamente mayor, pues el desembolso inicial no tiene que realizarse.

La gran diferencia en la cantidad a usar entre los pañales de tela, y los desechables.

La gran diferencia en la cantidad a usar entre los pañales de tela, y los desechables.

Para quienes tengan dudas sobre el gasto de agua, luz, detergente y demás, haré un breve resumen del funcionamiento de la lavadora en mi casa y del gasto que los pañales nos suponen. De manera casi obligada, tenga o no tenga pañales para lavar, la lavadora funciona todos los días una vez. Dos niñas y dos adultos general lo suficiente como para tener que ser así. Los pañales los lavo cada dos días, y siempre con la ropa que haya para lavar ese día, lo cual no me supone poner lavadoras extras. Los pañales de tela no pueden ser lavados con suavizante, lo cual ha hecho que no lo compre desde hace meses, asíque no sólo no gasto más, sino que ahorro. Detergente, tampoco necesitan mucho, de hecho cuanto menos, mejor. La acumulación de este es lo que puede llegar a generar que se den malos olores en los pañales (la orina al contacto con los restos de detergente se convierte rápidamente en amoníaco, lo que da un olor bastante repulsivo), por lo tanto, menos, es más. Uso la lavadora las mismas veces que si no tuviera pañales de tela, no uso suavizante y el detergente se ha reducido a la mínima expresión. Desde luego, no gasto más, todo lo contrario.

El medio ambiente. La inmensa mayoría de los pañales desechables acaba en los vertederos, y un pañal de estas características tarda en destruirse entre 200 y 500 años, por lo que a día de hoy, los vertederos son un pañal gigante…Los pañales desechables dejan aproximadamente unos 2.700 kilogramos de desechos no biodegradables (sin considerar los desperdicios generados al fabricarlos) por niño. Por no hablar de que se gasta más agua en la fabricación de los pañales desechables, que el que puedas gastar tú en el lavado de todos tus pañales de tela en toda su vida útil.   Y por último…¿me dirá alguién que no son infinitamente más bonitos?, de todos los tipos, colores, tamaños, formas…lisos, estampados, de un tejido, de otro. ¡¡¡El abanico es casi infinito!!!

Pues esto es todo por hoy, prometí no extenderme mucho, y así ha sido. Para próximas entradas hablaré de los diferentes tipos de pañales de tela, como usarlos y como mantenerlo en óptimas condiciones. Y entre otros temas que me gustaría tocar próximamente, también está la comunicación gestual o por signos para bebés oyentes, si te interesa saber de ellos, suscríbete al blog y recibe todas las entradas y actualicaciones por mail) Espero que os haya gustado, si es así, compartid 😉

¿Qué hay después de la maternidad?

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Hoy, mañana de Domingo, me encontraba haciendo un poco de Facebookeo, cuando por casualidad me encontré en el muro de una amiga una entrevista que me dejo con los ojos como platos.

La leí, y lo primero que me vino a la mente fue destriparla un poco y aquí estoy. Os voy a dejar el enlace directo, y bajo estas líneas iré destrozando frase a frase, por si no queréis leerlo dos veces, os invito a que sigáis leyendo aquí mismo.

(http://www.abcdelbebe.com/familia/papas/como-no-olvidar-la-pareja-luego-de-ser-madre)

No conocía a esta mujer, pero por lo visto tiene un programa en Discovery Channel, y he encontrado su blog y su web. En ellas describe su actividad de esta manera:

«Este blog lo he creado para estar cerca de ustedes, compartiéndo el sentir de miles de mujeres, sus dudas, temores pero sobre todo el deseo de mejorar como personas buscándo la superación personal que las convertira en seres maravillosos que logren compenetrar esta mentalidad en su vida diaria, apoyando a su pareja, hijos y personas que las rodean.»

Veamos que tan real es esta filosofía, teniendo en cuenta su entrevista. Así que, al lío.

(En azul el texto original, en rojo, mi opinión)

¿Qué significa que primero se es mujer y luego se es mamá? Aquí ya empezamos mal…ser mujer y mamá va en el mismo nivel, y si me apuras un poco, en los primeros años de vida de tu hijo, primero eres madre y luego mujer. La primera responsabilidad de cualquier mamá son sus hijos, antes que la realización de cualquier actividad que puedieras hacer antes de la maternidad. No hay que olvidar del todo que, ni quienes somos, mantener nuestro lado de mujer, es compatible con nuestro lado más maternal. Pero dejar en segundo plano tu actividad como mamá convierte a las mujeres en seres desapegados de sus hijos y a sus hijos en pequeños niños inseguros, infelices y con baja autoestima.

Empieza a vivir por ti y no para tus hijos, así no les cobrarás la factura de tus sacrificios. Obviamente ser madre exige sacrificio, pero creo que ninguna mujer con dos dedos de frente y en sus cabales quiera cobrarles en una factura todo aquello a lo que renunciaste al convertirse en madre. Ni echarles en cara que renunciaste a una vida posiblemente más cómoda, o a un posible mejor futuro profesional, a viajar o a divertirte como antes lo hacías.

Con esta frase lo digo todo. Efectivamente, con esa frase lo dices todo, no queda lugar a duda con que nos vamos a encontrar, y te has definido en menos de 20 palabras.

Uno no es mujer solo por ser madre. No, claro que no, una es mujer porque está dotada de organos sexuales femeninos, que es lo que principalmente nos diferencia de los hombres. Y te guste o no, estos están destinados en primer lugar a la reproducción. Gracias a Dios, no sólo de reproducirse vive la mujer, y puede usar esa sexualidad para otras cosas. Pero te lo creas o no, lo que nos hace mujeres es el hecho de poder ser madres (independientemente de que finalmente seamos o no mamás). Claro que una es mujer sin ser madre, yo he sido mujer desde que nací, y gracias a eso, soy madre. Si no, sería padre, obvio.

Prueba de ello es que hoy muchas deciden no tener hijos, porque consideran que ese no es su proyecto de vida. Deacuerdo en que hay quienes no quieren ser madres, pero no creo que eso de explicación a la frase anterior. Tan mujer es la que tiene hijos, como la que no.

Por encima de todo se es mujer: mujer para amarse a sí misma, respetarse, autocuidarse, consentirse. Si es mamá, es un adicional al género y una nueva función en su vida de mujer. Así va el mundo. Claro….ser mamá es adicional al genero. Toma ya, y se queda tan agusto la tía. Me temo querida amiga, que te equivocas, ser mamá va íntimamente ligado al hecho de ser mujer. No es un nueva función en la vida de la mujer, es un paso más en la vida de la mujer. No hace falta decir que todo ser humano debe respetarse, quererse, cuidarse y amarse, sea hombre o mujer. Pero no veo la el problema de la compatibilidad con ser madre. Quizás en una primera época tras la maternidad el «yo mujer» queda relegado, y nos olvidamos de peinarnos, pintarnos, dejamos los tacones y las faldas para pasar a sacarnos la teta de manera libre en cualquier sitio para amamantar a nuestra cría, vamos en cómodas deportivas, cambiamos el bolso de piel por la bolsa de la silla, pasamos a oler a colonia de bebé y no a nuestro perfume favorito…. y nuestra primera prioridad son nuestros cachorros. Pero yo soy madre y me quiero igual. Miento, me quiero más, me cuido más, me respeto más. Si tú no lo consigues, háztelo mirar.

¿Por qué muchas mujeres evitan el sexo tras ser mamás?La sexualidad cambia al convertirnos en madres. Y las mamás de hoy no quieren tener más hijos, porque no desean más responsabilidades. Entonces sienten que al tener relaciones tienen la probabilidad de quedar de nuevo embarazadas, así estén planificando. Madre del amor hermoso, de donde saldrá esta tipa….Se quedó calva detrás de las orejas al decir que la sexualidad de la mujer cambia al ser madre. Un premio para ella, se lo ganó. Zas, colleja, no te mereces otra cosa. Hemos llegado a un punto en el que todos hemos olvidado que es la sexualidad femenina, y me voy a permitir recordártelo. La sexualidad femenina es el embarazo, el parto, la lactancia. No hay actos que más identifiquen la sexualidad de una mujer que esos. Como ya dije antes, a día de hoy disfrutamos de muchas más cosas que lo meramente reproductivo de esa sexualidad. Es muy atrevido, además, decidir por todas las mujeres madres de este mundo que no quieren tener más hijos, pero más osado es hacer ver que son tontas del culo y que reprimen su sexualidad para no tener más hijos. Eso se llama celibato, y creo que en los tiempos que corren, eso no lo hacen ni los curas. Habiendo como hay medios anticonceptivos de lo más variados, el que no folla es porque no quiere o no le apetece. Pero eso ya entra dentro de la libertad de decidir que hacer de cada uno.

También aluden que están fatigadas de cuidar a los hijos, de trabajar y de conservar la casa. No permitas que el hijo dañe tu vida de pareja. Es que no tienes desperdicio amiga, de verás. Yo soy madre, y sí, me canso y mucho. Y no, no me apetece muchas veces mantener relaciones sexuales porque a parte del cansancio físico, hay que sumarle el agotamiento psicológico. A veces para una mujer, después de un día con sus hijos, mentener relaciones es similar a pedirle al marido que corra una maratón después de venir del trabajo. Mis hijas no han dañado mi vida sexual, que la han cambiado, no hay duda. Pero soy yo quien decide cuando y como, no ellas. Además, durante el purperio la mujer tiene su sexualidad plenamente satisfecha con la crianza de su bebé (contacto físico, uso del pecho como alimento, hormonas flotando…). Y el purperio de una mujer no acaba a los 40 dias de haber dado a luz. Una mujer que amamanta mantiene niveles hormonales de recién parida durante muchos meses. Una mujer que amamanta es purpera. Si llegas a comprender que una mujer en su purperio tiene satisfecha su sexualidad, comprenderás porque no tienen ganas de usar su sexualidad de otra manera.

Aunque los maridos entienden a su esposa, ellos están esperando que finalice el embarazo para poder retomar, con tranquilidad, la sexualidad. Ojo, tu marido espera por ti y la relación de pareja debe continuar. Maridos tontos, aprovechen durante el embarazo, que después el follar se va a acabar….jajajajaja. En serio, pensar que la sexualidad donde más se ve afectada es durante el embarazo, es de estar muy poco informada. Durante el embarazo una mujer tiene más tendecia a las relaciones sexuales que después de haber dado a luz. La libertad que ofrece el no tener miedo a un embarazo (lógico, ya lo estás), una mayor lubricación, y una serie de hormonas que nos hacen más activas. Como en todo, hay para todos los gustos, habrá quienes mantengan menos relaciones, pero seguramente, no menos que después de haber parido. Y el marido debe esperar, no sólo durante el embarazo, sino durante todo el tiempo en el que la mujer no encuentre la necesidad de usar su sexualidad de la manera en la que él espera y desea. La relación de pareja continúa, pero de otra manera. Creer que nada cambia con la llegada de los hijos es utópico y peligroso para la pareja. El hombre que espere retomar una vida sexual idéntica a los pocos meses de la maternidad, se encontrará en una situación no esperada, que le estresará, lo hará sentir mal e inseguro, cuando en realidad lo que está ocurriendo es lo más normal del mundo.

¿Cómo convencerlas de esto? Mira. A los hijos los cuida la Virgen y al marido lo cuida uno, porque los hijos son prestados y con el que te quedas al fin es con el esposo. Aún estoy esperando una virgen que venga a cuidar a mis hijas, mientras tanto, lo hago yo. Y mi marido también, que teniendo como tiene pelos en los huevos y edad para echarme un polvo, debe cuidar de sus hijas, y de si mismo. Jamás de los jamases dejaré de cuidar a mis hijas para cuidar a mi marido. Y tú que me estás leyendo supongo que tampoco. Que los hombres no saben cuidarse, es un estereotipo. Que les cuestan más algunas cosas, sí, pero de ahí a tomarlos por tontos y hacernos creer que necesitan más cuidados que nuestros hijos….Este texto es machista a más no poder. Retoma tu vida sexual , tu hombre te está esperando, atiéndele a él, será con él con quien te vas a quedar….Ponle un pañal, límpiale el culo, dale la comira en purés y con un babero, no sea que un hijo le deje relegado de los cuidados maternos. El que quiera cuidado maternal, que se vaya con su madre, no??La esposa (o pareja), es eso, pareja, no madre. Es madre de sus hijos. Y al fin con quien me voy a quedar es con mi esposo….si tengo que cuidarlo como si de un bebé se tratará el resto de mi vida, te aseguro que no, no será con él con quien me quede. Si en algún momento tuviera que elegir, elegiría a mis hijas, esas son mías, a él me lo encontré en la calle.

No cargues con tu pareja como si de un bebé se tratara. Quien debe ser el centro de nuestras atenciones y cuidados en sus primeros años es el hijo

No cargues con tu pareja como si de un bebé se tratara. Quien debe ser el centro de nuestras atenciones y cuidados en sus primeros años es el hijo

Busca un día para salir con él. Se sabe que las mayores separaciones de parejas se dan durante el primer año de vida de los hijos, porque la mujer se despreocupa del esposo y ellos comienzan a sentirse solos, tanto que pueden a ver a los hijos como intrusos. Primero está el esposo, luego los hijos. No sé como decir esto sin que resulte ofensivo. Esta tía es GILIPOLLAS, sí, así de grande. La mujer se despreocupa del esposo….ay, es verdad, pobre hombre que pasa a un segundo plano porque un bebé llegó a casa. Como si ese bebé supiera valerse por si mismo y no necesitara el 100% de su mamá (y de su papá) Me parece una frase retrograda, machista y despreciable. Primero van los hijos, ¿claro?, hasta donde yo sé, un hombre puede soportar un ratito de soledad, puede soportar no tener la atención que tenía antes, puede ir al baño solito, cocinarse, limpiar, mantener su vida ordenada. Un bebé sin embargo, necesita que alguién le alimente, lo mantenga limpio, le de amor y esté con él en todo momento. Pero la que se siente gilipollas soy yo teniendo que explicar esto, como si una madre eso no lo supiera (y un hombre si bien quizás no lo sepa, sí debería ser consciente de que nada volverá a ser igual). Mujer, si tienes que cuidar a tu hombre como si de un bebé se tratara, mándalo de nuevo con su madre. Tus bebés crecerán y algún día darán menos trabajo, un hombre con actitud y comportamiento infantil, será así toda su vida, menuda cruz te va a caer. Piénsatelo, los bebés duran unos años siendo bebés, los hombres infantilizados lo son así toda la vida.

Construye una relación basada en el amor, en la comunicación, en el sexo. Entiende que el hijo te cambia, pero debes hacer conciencia de que tu relación de pareja es fundamental. La relación de pareja se basa en muchas más cosas que esas. Amor, comunicación y sexo son una parte de ellas. Pero si alguna de ellas falta ante la llegada de un hijo, falta la más importante….la CONFIANZA. La confianza de que tu mujer no te ha abandonado, la confianza de tu marido te entiende, de que respeta tus tiempos y tus necesidades tras haber sido madre. Sin confianza, haya o no haya hijos, nada más vale.

Pero también se ven casos de hombres que no desean tener relaciones con sus esposas luego de tener hijos con ellas. ¿Qué hacer? Lo mismo que con las mujeres, respeto, respeto y más respeto. Confianza para hablar de lo que ocurre. Hay hombre que ciertamente pierden el interés en su pareja como compañera sexual tras la maternidad. Eso es debido porque para ellos también son momentos de estrés, dificultad y cambios. Incluso generan hormonas como las que podemos generar nosotras, afectando a su líbido. Es un hecho, y es tan respetable como en el caso de las mujeres. Seamos pacientes, el tiempo pasa, los hijos crecen y si hemos sido lo suficientemente maduros, llegaremos a un punto en que nuestra relación no sólo no se habrá ido al garete, si no que puede que haya mejorado y cambiado hacia un camino más amplio y feliz.

Si la mujer siente esto, debe expresarlo. Los hombres deben visitar a un experto, porque no hay que dejar que se opaque ese fuego de amor por el hecho de que esa mujer sensual ahora también es la protectora de sus hijos. Hay muchas razones para visitar a un experto, y si lo creen necesario, hagánlo. Pero por mucho experto que visiten, nada volverá a ser igual hasta que el tiempo pase, y se retome una vida parecida a la que se tenía antes de la meternidad/paternidad. Porque llega, todo llega. Nada será igual, pero quizás si parecido. Y sí, cuanto antes asuma el hombre que la mujer dirige el 100% de su atención, de su esfuerzo a la cría, antes será feliz y vivirá cómodo con la nueva situación. Que como te digo, querido lector, es algo transitorio, todo pasa.

Hombres, por favor, una mujer que se hace madre tiene ahora la doble connotación de ser amada, respetada y deseada. En efecto, tiene que ser doblemente amada y respetada, porque ahora ella también da el doble de amor y de respeto. Doblemente deseada….si no quiere acabar en divorcio, no agobie a su mujer, déjela vivir su nueva sexualidad (que en realidad no es nueva, es en si la sexualidad real de la mujer), con libertad, con la posibildad de decidir por ella misma como, cuando y donde.

Dicho todo esto, espero que ninguna mujer se tome en serio lo que dice esta señora, si ya de por si estamos viviendo una progresiva desnaturalización de la maternidad, de la sexualidad femenina, de lo que significa el embarazo, el parto y la lactancia, lecturas como estas pueden llevar al extremo lo que tristemente se ve actualmente en la crianza.

Vivamos la maternidad como creamos, de una u otra manera, pero no dejemos que nadie nos diga que anteponer al hombre ante los hijos es la solución a los problemas. Eso en realidad, es el inicio de otros muchos problemas. Una visión tan machista, además de estropear todo lo que rodea a la maternidad, nos muestra a un hombre dependiente, infantil y egoísta. Si te encuentras con un hombre que te pide lo que esta mujer sugiere, corre, corre lejos!! O mejor, devuélveselo a su madre, que fue quien te lo entregó en esas condiciones 😉

Lo que soñábamos sobre la maternidad, y lo que nos encontramos al despertar. Parte 2.

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Ayer mismo escribía esta entrada, en la que hablaba de aquello con lo que nos bombardea la publicidad sobre la maternidad, creando en nosotras una imágen de perfección absolutamente irreal.

Hoy quiero ir un poco más allá, porque no es sólo la publicidad la que nos hace soñar con como será nuestro tiempo como madres. Cuando te quedas embarazada, comienza la inmersión en el mundo de las revistas, internet, foros o blogs. Después de mucho leer, o simplemente desde un principio, empiezas a tener claro que tipo de crianza quieres, hay quien se decanta por tener «un poco de mano dura», dirigiéndose a la senda de una aducación más conductista (perfecto para quien lo elige, nadie es digno de criticar lo que otros escogen), y otras personas tendemos a lo que habitualmente se está dando en llamar crianza con apego.

Hasta ahí, todo perfecto, aunque con los miedos que supone una nueva maternidad, imaginas un parto perfecto, una llegada a casa espectacular, llena de felicidad, y tratas de visualizar una crianza llena de amor, paciencia, optimismo. Después de muchas horas de lectura, crees que lo tienes todo más o menos controlado, te ves a ti misma dando el pecho con facilidad, sabiendo manejar los despertares de tu bebé, armada de paciencia cuando comienza la AC, llena de buenas intenciones para atajar rabietas, enfados y crisis existenciales de tu hijo, que haberlas, las habrá.

Y pasa el embarazo, y si has tenido mucha suerte, habrás dado con un hospital en el que habrás tenido un buen parto, respetado, más o menos fácil. Quizás no haya ido tan bien, y terminas en una cesárea de urgencia, por diversos y variados motivos (unos pocos acertados y otros muchos muy desafortunados, pues la falta de información en los hospitales es cada vez más preocupante….). O en vez de una cesárea de urgencia, hayan hecho contigo una sangría de las que hacen época, llevándote un completo de mala praxis, y de paso, el primer mazazo en tu despertar de los maravillosos sueños de maternidad. Que horror despertar así de un bonito sueño…¿Dónde está ese parto del que hablan las blogueras? ¿Dónde quedan todos esas imágenes de bonitos nacimientos?. Soñamos despiertas, y nos dimos de bruces con una no tan bonita realidad. (Pese a todo, nos llevamos el premio gordo, que es nuestro bebé, y que nos quiten lo bailao, aunque haya heridas que no cierren nunca….).

En las primeras semanas, volvemos a ver que los sueños, sueños son. Nos dicen que tenemos que ser felices, que invitablemente lo seremos, que daremos el pecho a nuestros bebés y que dormirán con nosotros acompañándonos en plácidos sueños. Pero…la lactancia no siempre va bien, no sabemos a quien acudir, y una serie de malos consejos, y de profesionales mal experimentados y sin conocimientos, echan por tierra uno de los primeros pilares de lo que querías. Te sientes mala madre, incapaz de dar el pecho, sufriendo por no poder alimentar a tu hijo como deseaste y pensando que tú tienes la culpa. Nada más lejos de la realidad, tú no eres culpable de nada, has hecho lo que has podido, pero si no hay quien te pueda ayudar con sabiduría, poco hay que hacer. Te despiertas del sueño, y parece que comienza una pesadilla. Nos encontramos casi por primera vez, con que lo que había en nuestra mente, no tiene que ver con lo que la realidad nos tiene preparado….(en muchos casos, el sueño continua y se establece una buena lactancia!)

Acompaña a todo esto, que quizás tu bebé sea normal a la hora de dormir, y por las noches tenga mil y un despertares, puede que incluso por muchos, muchos meses. No quieres dejarle llorar y «enseñarle a dormir», y optas por otra manera de hacer las cosas, colechas, intentas un dormir sin llantos, pero aún así, no hay manera. El sueño y el cansancio se empiezan a apoderar de ti, y descubres que aquello que imaginaste de dormir con tu bebé para descansar mejor, pues no es la panacea. Puede que descanses mejor que si lo tienes en otra habitación, claro, no hay que levantarse. Pero chica, por poco que sea, el ojo lo abres, y aunque sean solo cinco minutos, ya es sueño cortado, y eso, no una sola vez por noches, si no unas cuantas. Eso, una noche tras otra, agota. Pero como no hay mal que cien años dure, en unos meses, quizás un par de años, esto quedará en el pasado.

El bebé crece, se hace niño, y la calma se convierte en tormenta. La reafirmación del yo, da paso a la negación, las rabietas, sentimientos confundidos llegan, y es cuando nos damos el trompazo más duro. Hemos leído hasta la saciedad en libros, webs y blogs como manejar estas situaciones, nos vemos capaces y con fuerza. Las primeras veces nos resulta más o menos fácil y capeamos el temporal. Pero si te pilla un mal día, has dormido mal, o simplemente, no estás de humor, esto cuesta más. Y ahí salen tus demonios, gritas, te agarras tú la misma rabieta de tu hijo, entráis en una dinámica y una espiral difícil de librar….y entonces te preguntas, si es posible sentirse peor. Has echado por tierra todo lo que habías organizado en tu mente durante meses, has caído en la cuenta, de que el sueño, poco a poco se rompe y que la maternidad, tiene matices que sólo tú eres capaz de descubrir.

Soñaste al leer situaciones idílicas, que podrías con todo, que el mundo está lleno de madres perfectas que nunca se equivocan. Eso parece por lo que nos cuentan, y te dices para ti, si eso será tan real. Puede que sí, que haya quien sea capaz de mantener siempre la calma, tratar con paciencia, ponerse al nivel del niño o aguantar sin cambiar su sonrisa, una , dos y cientos de malas noches, rabietas, conflictos y demás momentos difíciles. Nos dicen como afrontar esas situaciones, como salir de ellas, como evitarlas. Nos hacen soñar que será fácil, que encontraremos como hacerlo. Pero lo que no nos dicen, es que no siempre funciona, o que lo que hoy nos vale, mañana no. No nos explican que hay niños con los que es más fácil llevar a cabo estrategias respetuosas, y otros, que son más resistentes.

Creyendo como nos creemos a pies juntillas que para ser buena madre hay que cumplir todos esos requisitos, el sueño se hace añicos cuando la lactancia fracasa, o cuando el sueño te vuelve loca, o cuando por primera vez pierdes los nervios. Porque nadie te contó que no somos de piedra, no somos infalibles, ni somos superwoman. Se les olvidó decirnos, que nosotras también tenemos sentimientos, que también podemos y debemos permitirnos tener un momento de debilidad sin sentirnos culpables por ellos. Que si no llegamos a cumplir las expectativas que nos habíamos propuesto, debemos mirar al frente y decir con orgullo, al menos lo he intentado, en vez de agachar la cabeza y susurrar con el corazón encogido, soy mala madre.

No existen las malas madres (salvo casos manifiestos de maltrato, o casos similares), todas hemos decidido en función de nuestras creencias lo que creemos lo MEJOR para nuestros hijos, cada una diferente, a su manera, a su estilo, según nuestra filosofía o manera de ver la vida. El hecho de no cumplir esos sueños de maternidad, no nos hace peores, lo que imaginamos es idílico, fácil, sencillo. La realidad es más complicada, pero también, si sabemos gestionar nuestros sentimientos, mas gratificante.

Nadie puede decirte «mala madre» por tus decisiones, por tus fallos o por tu manera de hacer las cosas. Ni siquiera tú misma al ver que no cumples con lo que creías podrías hacer. Hay que dejar lugar al error, a la equivocación, a caerse para luego volver a levántarse, porque cada cada paso torcido, o cada caída, es una nueva oportunidad de aprender, de autoconocernos, de cambiar, no es algo con lo que hayamos de torturarnos, de fustigarnos o motivo para ahogarnos en la culpa.

Los sueños, sueños son, y la realidad suele distar mucho de lo onírico. Sueña tu maternidad, pero si al despertar descubres que sólo viste lo bonito, que nadie te enseñó ese lado más oscuro, no desesperes, no te culpes y sobre todo no pienses que eres la única. Quien tenga alma y corazón, que supongo que si estamos por este mundo es porque algo de eso tenemos, tiene la opción de equivocarse, de caerse, para aprender y levantarse.

Sólo puedo decirte que sí, la maternidad es maravillosa, pero también es difícil. Que lo que vemos y leemos, si bien puede ayudarnos en algún momento, no ha de ser obligado, ni siempre ha de funcionar o ser posible. Y que quien te diga que todo puede ser perfecto, que puede existir un mundo de rabietas controladas, de sueños felices, de lactancias logradas, te miente, y además, descaradamente. Porque todos podemos equivocarnos, porque estamos hechos para fallar y aprender, porque es un camino en el que vamos aprendiendo de la mano de nuestros hijos, porque nuestros niños no vienen con instrucciones, porque lo que vale para uno, no vale para otro….por esto, y por otras muchas cosas, SE FELIZ con lo que haces, NO TE CULPES si fallas. Y quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra….

(Si te gusta lo que lees, comparte y comenta, se agradecerá)

Lo que soñábamos sobre la maternidad, y lo que nos encontramos al despertar. Parte 1.

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Más o menos jóvenes, con o sin trabajo, con o sin pareja….si apareces por este blog posiblemente seas madre, o estés a punto de serlo. Si lo eres, quizás te sientas identificada, y si vas a serlo, no te asustes, la maternidad es maravillosa.

Llega un momento en tu vida en el que decides formar una familia, o tal vez llega sin haberlo planeado, pero ahí te encuentras con un test de embarazo positivo en tu mano, con un tembleque por todo el cuerpo, y una sonrisa bobalicona en los labios, vas a ser mamá.

Pasados los primeros nervios, llegan las primeras revisiones, las primeras ecografías, y el vínculo comienza a formarse, la vida se abre paso, crece en tu interior. Te has convertido en hogar y alimento de tu bebé, te cuidas un poco más para hacerle llegar lo mejor, paz, tranquilidad y buenos alimentos, como se decía antaño!

Quizas por primera vez te fijas en las mamás con sus bebés por la calle, en el parque, prestas atención a esos anuncios que antes ni mirabas, pañales, colonias infantiles, papillas o potitos. Los ves, y unas mariposas recorren todo tu cuerpo, parecidas a las que notabas cuando estabas con aquel primer amor, pero con la seguridad de que este amor, sí será para toda la vida.

Estos anuncios emanan felicidad, ternura, un mundo perfecto, en el cual mamá y bebé conviven en perfecta sincronía, de manera idílica. Bebés que sonríen, duermen o juegan plácidamente, y mamás con un aspecto radiante, joven, desacansado, con una cara perfectamente maquillada y el pelo bien colocado, ordenadito, con sus mechas bien dadas, en una casa limpia, donde cada cosa ocupa su lugar, y piensas en lo bonito que será estar así con tu bebé.

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(Imágenes de lo que nos vende la publicidad….mamás descansadas, maquilladas, bebés tranquilos, que no lloran, no se manchan….)

Miras a tu alrededor, y te ves a ti misma en tu salón, con música de fondo, mientras tu bebé juega tranquilamente en la alfombra. Quizás imagines que acabas de darle el pecho (o el biberón), y está plácidamente dormido, mientras tanto, tú te arreglas un poco y recoges la casa, o mejor aún, puedes sentarte a ver un rato la tele o leer un buen libro.

Pasados los 9 meses de embarazo, vuelves a tu casa con un bebé en brazos, y lo primero con que te encuentras es con la sensación de «¿y qué hago yo ahora con este crío?».  Un sentimiento de estar un poco descolocada, pero piensas que es normal, salistéis de casa hace unos días siendo dos, tu pareja y tú, y volvéis siendo tres, habrá que acostumbrarse y cada uno debe encontrar su nuevo lugar y rol en casa.

El tiempo va pasando y te das cuenta de todo aquello que la publicidad no cuenta, de todo aquello que no se ve a simple vista cuando ves a las mamás pasear a sus bebés por la calle. Las primeras semanas estás tan «drogada» de hormonas, que todo es maravillo, todo es amor, da igual el sueño, el desorden o el ducharte a la carrera. Pero, las semanas transcurren, la rutina se instala, y te vas dando cuenta de que no hay lugar al maquillaje, al peinarse o al dedicarse a la casa o a tu gustos. Hay un diminuto personaje, que además de robarte el corazón, tambien te necesita todo el tiempo. Llora por las noches, se despierta y te despierta. Con suerte has descubierto el colecho, y esos despertares se notan menos, pero aún así, el no dormir ni una noche seguida hace que tus ojeras se marquen, el sueño se vea en tu rostro y en tu humor. Y recuerdas esos anuncios, con mamás radiantes y bebés durmiendo, aquellos en los que sólo faltan coranzocitos saliendo por las orejas, y piensas ¿dónde está todo eso?.

Nadie te habló de la falta de tiempo, para ti, para tu pareja, no imaginaste dormir en un sofá porque es el único sitio donde tu bebé cierra el ojo, ni pensaste cambiarte de ropa media docena de veces al día porque ese enanito que tienes todo el día en brazos, te vomita la leche, o está malo y te llena de mocos una y otra vez….Nadie te contó que comerías con tu bebé en brazos, con una sola mano, y que alguién tendría que cortarte el filete, porque si sueltas a tu bebé, este empezaría a llorar.

Pero lo que en los anuncios tampoco te contaron, es que todo esto no te importará, que un olor a colonia, o un pañal determinado, no será lo que pintará la sonrisa en tu cara. Lo que no te explicaron es que pese al sueño, la falta de tiempo, o la inexistencia de actividades que antes hacías, serás feliz. y no te harán falta potitos o papillas para que te salgan coranzocitos por las orejas.

Nos venden una maternidad de ensueño, de maravillosa felicidad y de perfección. Y luego llega la realidad, y nos vemos en una maternidad totalmente alejada de ese mundo idílico, pero tan imperfectamente maravilloso….lleno de un liberador caos….con olor a bebé y no a colonia….Una vida nueva, con un bebé que tanto llora, como ríe, pero que con cada sonrisa, borra esas lágrimas….

Sueña tu maternidad, pero cuando despiertes, disfruta de cada instante, cada mal momento es una nueva oportunidad para crecer y aprender, y cada instante bonito atesóralo y guárdalo en tu memoria. El bebé nace, y viene para quedarse, pero pasa a ser un niño antes de que te des cuenta. No permitas que una imagen irreal de estos primeros años, arruine lo que habría de ser lo más maravilloso de tu vida.

No te enfades porque te hayan enseñado a soñar con una maternidad que no es real, porque lo que no te contaron, lo vas a vivir y aprender por ti misma, y lo más maravilloso siempre es lo que descubrirás a cada paso. No te enfades porque te hayan engañado, porque en la sorpresa de tu nueva vida, verás que hay una oportunidad nueva a cada instante de aprender, crecer y vivir. No te enfandes, simplemente, disfruta de lo que nadie te contó….

¡¡¡Arrancamos!!!Portabebes ergonómicos, mei tais, bandoleras y mil cosas para tu bebé

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buhos

Hola amig@s, permitidme que me presente. Me llamo Patricia, soy una mamá a tiempo completo, pero que además de a la maternidad, me dedico a la costura por y para los niños.

Tuti´s & Luchi´s nace de un deseo y necesidad de trabajar, pero de querer hacerlo en casa, cerca de mi bebé, sin verme en la obligación de tener que sacarla de casa. Una máquina de coser, cinta métrica, tijeras, hilos, alfileres, telas, muchísimas telas e infinita paciencia son mis armas de trabajo. Y Tuti y Luchi, la fuente de inspiración.

Hago pequeñas costuras pensando sobre todo en los más pequeños, baberos de diferentes tipos, portabebés ergonómicos, edredones y chichoneras para las cunas, accesorios de porteo como pueden ser riñoneras, accesorios para mamás lactantes, como los sacos térmicos de lactancia, y alguna que otra cosa que va más allá del tema niño/bebé, como pueden ser fundas para Ipad, Ebook o tablet, sacos térmicos….os invito a que paséis por mi página de FB para que vosotros mismos veais mi trabajo, http://www.facebook.com/tutisluchis, o en mi tienda virtual, http://www.tutisyluchis.com.

De todos estos productos iré hablando en futuras entradas, así como de maternidad, porteo, lactancia, colecho o cualquier cosa que tenga que ver con ella.

Espero que este blog poco a poco vaya tomando forma, que os guste, y que nos podamos ver por aquí.

Un beso gigante