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Feliz semana mundial de la lactancia materna 2013

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Cartel de la Semana internacional de la lactancia materna 2013

Cartel de la Semana internacional de la lactancia materna 2013

Semana mundial de la lactancia materna, otro año llegó, otro año que puedo felicitarme a mi misma. O no. ¿Porqué felicitarme por estar haciendo lo que yo quiero?, no me supone algo grande, ni grandes esfuerzos, ni creo que se merezca que nadie lo alabe. Lo hago por gusto, porque quiero y porque ellas quieren. Comencé porque eso, era lo mejor para mi bebé, pero en muy poco tiempo, descubrí que hay mucho más que la simple bondad de la leche materna. Es vínculo, es tacto, olor, calor, miradas, sentimiento, cercanía, manos cogidas y ojos que se alimentan de los que tienen en frente. Es plenitud, es felicidad, es satisfacción al ver a tu bebé dormido mientras aún le escurren gotas de leche por la comisura de los labios.

Sí felicito a todas aquellas que lucharon por su lactancia, con momentos difíciles, con momentos complicados, ingurgitaciones, mastitis, grietas, a aquellas que no se dejaron seducir por la falsa expectativa de la liberación al dar un biberón, por la mentira de un mejor sueño por la leche artificial, o no se frustraron por esas malditas tablas de percentiles hechas y pensadas para bebés alimentados con sucedáneos de la leche materna.

Felicito a quienes le han dado una segunda oportunidad, a aquellas que mamás, que por mala o incluso, falta total de información, tuvieron una primera lactancia fracasada, pero ante una segunda oportunidad, no se han achicado, han echado el resto, y lo han conseguido.

Felicito a todas aquellas que han conseguido sus lactancias sin tribu, sin referencias en las que apoyarse. Antes de la supuesta  revolución del biberón, las mujeres criaban juntas, ver dar el pecho era algo que se hacía toda la vida, porque siempre había alguien alrededor que sí lo hacía. Era lo normal. Pero las verdaderas revolucionarias, son aquellas que han demostrado que se puede sola o en compañía, que se puede amamantar pese a tener que volver a trabajar, que la leche no se vuelve agua pasados los 4 primeros meses, las que han vuelto a enseñarle al mundo, la cultura de la lactancia.

Felicito a aquellas que han dado pecho unas pocas semanas, y a las que lo han dado o dan durante años. A todas quienes se han dado el privilegio de sentirlo, y le han dado al niño su derecho a ser alimentado con lo mejor que una cría humana puede ser alimentada.

Felicito a aquellas que no forzaron un destete por un embarazo, y se han visto después con un maravilloso e inesperado regalo, la perfección de dos hermanos alimentándose al mismo tiempo de su cuerpo. Doble esfuerzo, doble recompensa. Doble consuelo, doble alimento, doble satisfacción.

Y leyéndolo, me doy cuenta de que encajo en varias de esas felicitaciones, pero no las quiero ni deseo, no soy merecedora de ellas, pues sólo hago lo que quiero y como quiero, nadie me puso una pistola en la cabeza para llegar hasta donde he llegado. Soy una mamá feliz con su lactancia, y mis hijas también, ese el mayor y mejor reconocimiento. Y mi mayor premio, será en tan solo unos minutos, cuando mis dos niñas se despierten, y comiencen su día como lo han hecho desde que nacieron, prendidas del pecho, sonriendo al día que comienza, alimentándose no sólo de leche, sino de amor y cariño.